NOTICIAS - NEWS - NACHRICHTEN
El copyright queda con la empresa o persona citada
No nos se responsabiliza por los contenidos
10/11/2009
Los laboratorios dejaron de atender
Redacción Sociedad
Los pasillos que dan al consultorio del médico ginecólogo Rafael Unda están totalmente oscuros. Él atiende en el segundo piso del edificio Concresa (6 de Diciembre y Colón). Pero ayer permaneció sin pacientes, porque los apagones afectaron a ese sector de 06:00 a 11:15 y no pudo utilizar ningún equipo.
“Yo hago ecografías y sin luz el equipo no se prende. Además, tenía que recibir a una paciente de 80 años y tampoco pudo venir, porque no hay ascensores y no puede subir por las gradas”. Solo en esa paciente perdió USD 30 y en el tiempo que duró el apagón debía atender a tres personas.
Central Hidroeléctrica Paute Foto: El Comercio
En la planta baja de este mismo edificio permaneció sin energía el laboratorio clínico del médico Hernán Godoy. Grace Toapanta fue la única que la mañana de ayer permaneció en el lugar. A primera hora recibió a un cliente que buscaba de urgencia cinco exámenes para presentar en una empresa que le ofreció trabajo, pero no lo atendieron por falta de energía para los microscopios.
A diferencia de los hospitales públicos, estos centros privados carecen de generadores eléctricos y dependen exclusivamente del servicio que proporcione la empresa eléctrica.
La clínica San Francisco, que también opera en este sector, tenía planta propia. Sin embargo, ayer colapsó y un paciente del IESS que se hallaba en terapia intensiva fue trasladado de inmediato al hospital Carlos Andrade Marín. Otro seguía en el centro.
El personal de Imagenisco, un centro privado que realiza rayos X, tomografías, resonancias magnéticas, se mantuvo frente a los equipos apagados. Margarita Canelos, representante de la casa asistencial, calcula que cada hora se pierden hasta USD 1 000.
Lo único que decían a los pacientes es que vuelvan otro día. En caso de que el examen se necesite de urgencia, los usuarios fueron remitidos a otras clínicas.
Miriam Espinosa esperó hasta que la luz volviera Buscaban un eco pélvico para su sobrina. “Esto es demasiado, el Gobierno debería trabajar en proyectos a largo plazo y que no nos afecte”.
La ira también fue evidente en Hernán Noboa, médico patólogo que tiene un laboratorio clínico en el norte de Quito. En este servicio laboran cuatro personas y los apagones obligaron a permanecer en actividades diferentes.
Noboa contó que los reactivos para los exámenes debe llevarlos a la refrigeradora de su domicilio y cuando allí se quedan sin luz los traslada al laboratorio.
Este problema se siente desde la semana pasada. En el sector de la Villa Flora (sur de la ciudad), los consultorios permanecieron en tinieblas. El médico pediatra Patricio Núñez se fue del consultorio hasta que el servicio retornara. “Así no se puede trabajar, porque los pacientes vienen y lo único que decimos es que venga otro día, para ver si tenemos luz”.