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2007/01/28 EL COMERCIO
Hacia el pailón de las aguas frías
Elcomercio.com
Antes de bajar por el sendero que conduce a la cascada de ‘el Pailón del Diablo’ es mejor tomarse un buen respiro para la agotadora caminata, especialmente al regreso porque la subida es agotadora en la que se espera un horizonte hacia arriba como llegada.
Andes, es la palabra apropiada para las montañas que rodean el camino hacia Baños, por los andenes que se ven en las lomas circundantes al río Pastaza y en los alrededores de la vía Baños – Puyo y una carretera de evacuación para la población de Baños en caso de erupción del volcán Tungurahua.
A 45 minutos de Ambato, en la vía Baños-Puyo, existe un lugar de variaciones para quienes gustan de la naturaleza: aquí se juntan la calidez y pasividad de la gente con la frialdad e imponencia de los ríos.
La cascada 'el manto de la novia' vista desde la carretera Baños-Puyo. Foto:Elcomercio.com
El viaje inicia desde la Represa Agoyán, en el Río Pastaza; esta dañó la trayectoria de la cascada del mismo nombre porque desvia su trayectoria, este proyecto sirve para abastecer con electricidad a todos los habitantes del lugar. Con el proyecto San Francisco, esta misma agua se recogerá nuevamente para generar más energía.
El túnel Agoyán, el primero de cuatro túneles hechos con dinamita hace tres años, el agua por las paredes y techos de los túneles caen como si lloviera dentro de ellos.
El encanto sigue al pasar por el túnel A hacia el Río Blanco que une a dos carreteras y dos puentes, en el que los lugareños piden voluntarios para que se puedan lanzar en el salto libre desde el puente hacia el río. También las montañas rocosas junto a la vía permiten escalar a los deportistas.
Un kilómetro más adelante se encuentra la cascada ‘El Manto de la Novia’ el nombre la describe muy bien por su larga caída perpendicular blanca y uniforme como si realmente fuera la novia del río Pastaza.
Desde la tarabita, por encima del río y del ‘manto’, la fuerza del choque de las aguas crecía con la confusión entre aves para luego terminar este semivuelo e ir directamente al ‘Pailón del Diablo’. Desde la vía se puede observar su imponencia y su fuerza atrayente.
Para llegar al mágico lugar se tiende hacia abajo, desde un paradero en la carretera, un sendero estrecho lleno de rocas como gradas naturales para evitar el deslizamiento por la tierra arcillosa y alrededor de 20 minutos de caminata entre vegetación selvática, llovizna, letreros con mensajes del cuidado hacia la naturaleza y humedad se llega a dos vías para observar la magia natural de la cascada, por un sendero se va directamente hacia el mirador del ‘Pailón del Diablo’; y por el otro sendero hacia el puente colgante que se mueve como un columpio frente a la cascada.
Desde el mirador de la cascada el calorcito de 28 grados es refrescado por la llovizna y el agua fría que rebota en las gigantescas rocas que detienen la fuerza de la caída del agua.
‘El Pailón del Diablo’ lleva este nombre por algunas caras que se pueden divisar en las rocas de los lados de la cascada y además por la forma de un pailón en la parte que se estanca el agua luego de la caída de la cascada. Aquí el vapor del agua se convierte en un gas caliente que casi quema la cara y los ojos al observarla. Incluso los ‘shamanes’ van al lugar para realizar sus rituales en las aguas heladas que golpean las rocas.
Las montañas descendentes dan cuenta que va terminando una parte de la cordillera oriental de los Andes para incrustarse más adelante en la selva amazónica. Por el regreso hacia las lomas y ríos que forman islotes en valles llenos de energía para producir los alimentos un tanto abandonados y cubiertos en algunas zonas por invernaderos en las faldas de los montes.
Qué llevar
Para la cascada ‘el manto de la novia’. Una cámara de fotos y un dólar que cuesta el viaje en la tarabita para trasladarse al otro lado de la cascada sobre el río Pastaza.
Para el sendero hacia el Pailón del Diablo. Ropa ligera, zapatos de montaña o botas, agua para consumir y una buena cámara fotográfica de video. La entrada al mirador cuesta 1 dólar por persona, los niños no pagan.